¿Estás buscando ideas para innovar las ensaladas de tu carta? Dar alegría a lo verde es muy fácil. Solo tienes que echarle un poquito de imaginación y combinar con gracia diferentes ingredientes. Ofréceles a tus clientes versiones alternativas a la ensalada de siempre, plato veraniego, saludable, fresco y siempre apetecible.

Existen cuatro normas infalibles: el volumen, la variedad de colores, las diferentes texturas y el contraste de sabores. La unión de las cuatro dota a las ensaladas de ligereza y frescor y las hace más atractivas.

Te damos un poco de inspiración sobre combinaciones y aliños que te ayudarán a darle un toque original a este plato, y hacerlo más atractivo para tus comensales. Aunque El aceite de oliva virgen extra es un tesoro gastronómico que alcanza su máxima expresión en crudo. Si el tema va de ensaladas, es un compañero perfecto en sí mismo.

Verde variado.  Alternar la lechuga con otras verduras de hoja verde como espinacas, berros, cogollos, rúcula, col lombarda, canónigos, endibia… Aplica la misma norma con el tomate: con la de variedades que hay, no seas tan triste de utilizar siempre la misma.

Vinagretas para todos los gustos No es lo mismo echar aceite, vinagre y sal directamente y por separado, que hacer una vinagreta, para la cual se mezclan y emulsionan con cariño en un bol todos los ingredientes. Una cosa tan simple como esta le va a dar un toque mucho más sabroso a la ensalada. La vinagreta básica: una cucharada de aceite de oliva virgen extra, una cucharadita de vinagre, sal y pimienta. Para los más perezosos o prácticos, existen vinagretas ya preparadas, listas para servir, con soja, con frutos secos, con mostaza. Cada una le dará un aire diferente a tus ensaladas.

Más allá de la lechuga: pasta, legumbres, cereales y verduras. Abre tu mente: el mundo de las ensaladas no se limita a la lechuga y el tomate. Legumbres como unas lentejas beluga o unas alubias, arroz, quinoa, cuscús, patatas, cualquier tipo de pasta corta, verduras frías se pueden convertir en una base estupenda tomadas en frío como ensalada.

Añade fruta. En trocitos o en vinagreta. Bolas de melón, dados de manzana, láminas de fresa, rodajas de melocotón o nectarina… combinan a la perfección con cualquier base verde y un buen vinagre balsámico, mejor aún si es en crema. Si no tienes fruta o no eres muy fan de esa mezcla, ten siempre en tu despensa un buen surtido de cremas balsámicas con acabados frutales; las hay de frambuesa, manzana, mango… ¡le darán el toque diferente que andabas buscando!

Otros toppings. Además de las frutas, existen otros ingredientes que darán un aire original a tus ensaladas. El consabido atún, las tantísimas variedades de queso (siempre te quedará por explorar alguna que siente bien a tu nueva ensalada), picatostes, maíz (en grano o mazorca pequeña), pepino, apio, aguacate, algas, pimientos, zanahoria, champiñones, pollo, jamón, pescado crudo, ahumados, gambas… Deja volar tu imaginación y aplica sentido común para crear las más innovadoras opciones.

Frutos y frutas secos y semillas: esos grandes aliados. Nueces, anacardos, almendras, pistachos, avellanas, pasas, orejones, ciruelas (¡sin hueso!), piñones, pipas de calabaza, sésamo, semillas de amapola… No olvides estos grandes ingredientes a la hora de preparar tus ensaladas.

Toque de sabor con las cremas balsámicas. Este aderezo aporta un punto extra de originalidad, sabor y color a tus ensaladas. En Borges professional, hemos creado una gamma de calidad máxima con las siguientes combinaciones: crema balsámica de Módena, de frambuesa, de manzana y la de Crema balsámica Pedro Ximénez. Cualquiera de ellas convierte una simple ensalada en un derroche de sabor.

El aderezo final. Cebollino, hinojo, perejil, menta, hierbabuena, cilantro, albahaca… Dale el punto final a tu ensalada con alguna hierba aromática y a disfrutarla.