Pese a que el aceite de oliva virgen extra en crudo es uno de los reyes de la dieta mediterránea, y aunque hay pocos productos en el mundo tan versátiles como este, a menudo no le sacamos todo el partido. ¿Te gustaría saber cómo combinarlo para darle a tus platos un sabor inesperado y sabroso? Pues toma nota de estas ideas que te ayudarán a aprovechar los beneficios de este producto e incorporarlo a numerosos platos.

Pan y aceite. Dos ingredientes que nacieron para vivir juntos y que siempre resultan complementarios. Ideal para ofrecérselo a tus comensales como aperitivo.  Eso sí, que sea aceite de oliva virgen extra.

Chocolate y aceite. En los últimos años el chocolate con sal y aceite de oliva se ha convertido en todo un ‘must’ en la carta de postres de los restaurantes más de moda. ¿Te animas a incluirlo en tu carta? Si además los adereza con frutos secos no podrá haber un final más feliz.

Fruta y aceite. ¿Una brocheta de mandarina y plátano regada con un chorro de aceite de oliva virgen extra (AOVE)? Pues claro que sí. Atrévete a ponerle un toque de AOVE al melón, a la sandía y al sorbete de mandarina. Te garantizamos que funciona.

Zumo y aceite. Un chorro de aceite en tu batido verde y para darles un aporte nutricional extra a tus clientes. Te lo agradecerán.

En sopas y cremas. Tanto frías como calientes, estarán mucho más sabrosas si les aportamos un chorro final de aceite de oliva virgen extra antes de servir.

En adobos. Basta con adobar cualquier carne o pescado con una mezcla de aceite de oliva virgen extra, vinagre, ajos y especias para aportar un toque de sabor inconfundible.

En conservas. Quesos, anchoas, bonito, pulpo e incluso algunas carnes como el lomo de cerdo constituyen unas conservas fantásticas en aceite de oliva virgen extra.

En marinados. Marinar la carne en aceite de oliva virgen extra antes de cocinarla potenciará su sabor y garantizará una textura melosa.